I. En la actualidad, gracias a la tecnología, podemos desplazarnos a cualquier parte del mundo en unas cuantas horas, hemos vencido a terribles microbios y virus por medio de potentes vacunas, se han elaborado computadoras que facilitan la investigación y promueven la formación de nuevas y mejores teorías. Empero, si bien los avances científico tecnológicos están justificados por estas acciones, también es importante recordar que han traído distintos males tanto sociales y/o ambientales.
II. Pensemos como ejemplo a los miles de animales utilizados para realizar experimentos, el daño causado al ambiente por las diversas explosiones atómicas o incluso la eficiencia tecnológica que hay actualmente en la industria que ha traído consigo una gran cantidad de desempleados.
III. Los lenguajes científicos no comportan otra cosa que términos teóricos o técnicos y matemáticos. No aluden, por consiguiente, a valores, no sirven para expresar preferencias o gustos de ninguna clase. Las teorías científicas no son doctrinas morales. El valor de la ciencia solo puede provenir de algo externo a la ciencia misma. Lo que confiere este valor a la ciencia es el uso que el humano hace de ella. Pero claro está que el uso no tiene nada de científico.
IV. De ahí que la ciencia no es panacea, ella ciertamente es parte esencial del progreso del mundo, a condición de que sus logros prácticos no trastoquen nunca su estatus de subordinación frente a los valores supremos de la vida.
IX. Los grandes experimentos hechos por la ciencia nos han desnaturalizados como seres humanos, puesto que crían o incluso crean nuevos humano a partir de simples sustancias, pero como se ha dicho anteriormente esto depende con que fines se hace.
X. La ciencia solo es un conjunto de teorías y las teorías no son moralmente buenas ni malas
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